HISTORIAS MISTERIOSAS


El invisible y la muchacha, de Melany Pacho

Había una vez un loro que se hacia invisible y robaba por las noches, asustando a las personas del pueblo. Asustaba de una forma terrorífica y hacia desmayar a las personas. El loro se llamaba acacua y era el monstruo del que se corrían rumores. Acacua tenía ojos rojos y el pico cortado.
Acacua había secuestrado a una nena que tan solo tenia 3 años, pero la iba a devolver. La nena no quería porque acacua le parecía bueno y no lo quería olvidar ni separarse de el, porque le iba a partir el corazón. 
Acacua robaba comida para darle de comer. El loro se encariño con la nena y cuando la nena creció los poderes del loro pasaron a la niña y se llevaron muy bien.
Fin.

Ojos amarillos, de Ailen Salvatierra
Había una vez un chico llamado Cristian, que había soñado con ojos amarillos. Sus padres, asustados, le preguntaron que por que se levanto a la noche, aterrado, a prender la luz; y Cristian les dijo que se levanto por que había soñado con ojos amarillos.

Fin.

Que las hay las hay, de Pamela Smith
Había una vez un nene y una nena que eran hermanos y no tenían familia por que todos habían fallecido. Los hermanos quedaron en una casa abandonada, donde vivía una bruja y estaban a punto de morir, igual que su familia.
La bruja muy furiosa, los quería meter en un sótano donde había muchos animales peligrosos; los chicos se escaparon; al tiempo, metieron a la bruja en una olla con agua hirviendo.
Fin.

El leñador decapitado, de Franco Gramaglia
Había una vez una casa en el medio del campo; en ella habitaban 5 personas, 3 hermanos, el papa y la mama. Un día los 2 hermanos y el papa se fueron a buscar leña y dijeron que volvían para la cena. La mama se preocupo, porque no aparecían para cenar y le dijo al otro hermano: –espérame, y si ves que tardo, ándate a dormir. Al rato el hermano se aburrió y se fue a dormir. Al abrir los ojos, un leñador con una motosierra le dijo: – llego tu turno de morir ¡¡¡jajaja!!! Y se le apareció de atrás el padre con un machete y decapito al leñador. 
Y vivieron felices para siempre; pero el padre a veces, sigue rondando por la tumba del leñador, buscando venganza.
Fin.

Bruja sin ojo, de Laura Vázquez

Había una vez una bruja sin un ojo; tenía un gato que se llamaba negro y un murciélago. Los tres juntos, mataban gente. La bruja llevaba un cuchillo en su mano derecha. Debido a la cantidad de gente que mataba, nadie la quería y a los que mataban no los comían los perros, sino que se los comía ella. Con sangre caliente y bebiendo sangre fría.

Fin.

No mires este dibujo, de Tomás Penoni 
El dibujo no lo podía ver nadie….nadie
¿Lo ves?
Solamente lo podía ver tomas….tomas
¿Lo ves?
Se veía según decían…..decían
No lo mires.
Una bruja….jajajaja
Fin.

El castillo embrujado, de Melany Ponce y Oriana Curti
Había una vez un castillo que estaba embrujado. 
Un día una niña se acerco, y el castillo saco una lengua hecha de alfombra y se la trago, haciendo mucho ruido. Luego, vinieron dos nenes a rescatarla y no pudieron. Ellos se pusieron a jugar a la pelota y se les cayó dentro del castillo y los niños estaban aterrorizados. 
Al día siguiente un señor que estaba ebrio reboleo una botella de alcohol y la fue a buscar, el castillo se despertó y se trago al ebrio. 
Más tarde llegaron los nenes del colegio y vieron que el castillo estaba despierto y largaba sangre; al rato escupió al hombre, a la niña y la pelota.  
los niños trajeron de un taller una moledora y así sacaron el espíritu del castillo y lo desarmaron para que no hubiera más conflictos; y los niños vivieron felices para siempre.
Fin.

La casa maldita y los fantasmas, de Karen Nuñez 
Un día de muchísimo sol, una familia fue a averiguar por una casa que se vendía. Justo ahí había un fantasma. A esa familia les encantaba, entonces la compraron. 
Ya cuando estaban instalados en la casa les pasaba algo raro, se les movían las camas, los roperos, et. eso siempre sucedía a la noche y de día no pasaba nada de nada. 
Pasaron meses y meses y meses, hasta que el padre de los nenes se enloqueció, porque los fantasmas le hablaban. El hombre quería matar a su familia porque esos fantasmas le ordenaban que lo haga. 
Pasaron otros meses más, hasta que se fueron de la casa y esos niños, pudieron recuperar a su padre 
Fin.

La bruja y Cristian, de Soledad Sena
Había una vez un nene llamado Cristian... había visto una casa y quiso entrar y Cristian entro y había muchas telas de araña y mucha mugre. El vio que una bruja bajaba de la escalera y Cristian muy asustado salió corriendo y la bruja lo alcanzo y Cristian estaba temblando y la bruja lo tomo del brazo y lo subió.
Fin.

Un monstruo a palanca, de Marcos Gutierrez
Un monstruo asustaba a la gente de noche… su nombre era Marcos, era invisible porque la gente si se despertaba lo podía ver. Era un monstruo con cuatro ojos, dos bocas, una nariz y dos palancas. Con esas palancas podía convertirse en muchas cosas, por ej. En un auto asesino, ya que nadie podía descubrir al monstruo invisible.
Fin.

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